Aunque el tiempo amenazaba con no darnos ni un segundo de tregua, al final una dulce luz de otoño nos sonrió para poder disfrutar de otra jornada de preboda
Aunque el tiempo amenazaba con no darnos ni un segundo de tregua, al final una dulce luz de otoño nos sonrió para poder disfrutar de otra jornada de preboda
Con alerta naranja y mis dos cámaras al hombro la tarde se presentaba divertida para una preboda en El Retiro de Madrid.