¿Qué es esto? os preguntaréis. La manera más facil de resumirlo es que se trata de una excusa. Una excusa para pasar una tarde juntos y conocernos. En vez de estar tomando un café, ¿por qué no sacando fotos?.
Con este reportaje se consigue romper el hielo y esos nervios a estar delante de un objetivo. Es un reportaje que a mi me gusta especialmente. A pesar de ser una excusa se consiguen fotos muy frescas y desenfadadas que podéis usar para mero recuerdo o para hacer las invitaciones de boda.
Después de este reportaje ya no seré «el fotógrafo» nunca más, seré Aitor. Y eso el día de vuestra boda es clave para que estéis relajados y todos esos nervios se hayan quedado en la preboda.
Es algo que no es ni mucho menos imprescindible. Si os apetece lo disfrutaremos, y si no jugaremos todo a una sola carta el día de la boda que también es emocionante.
En la información que os mandaré si me lo solicitáis os explico con más detalles este punto y así podréis valorar si encaja en vuestra idea o no.
¿Os acordáis cuando se podía salir a la calle sin más preocupaciones de si llevabas las llaves y la cartera? Pues esta preboda es de aquella época. Poco antes de que llegara toda esta locura del Covid, me fui con esta pareja al increible hayedo de Otzarreta a hacer una preboda en otoño con todos esos colores, que por otra parte conjuntaban a la perfección con la melena de Naiara y la camisa de Gorka, ni a posta.
Una preboda donde visitamos unos cuantos rincones especiales de la pareja, que además coinciden con unos cuentos rincones especiales también para mi. La playa de Laga ha sido testigo de no pocas escapadas de mi adolescencia y es un rincón que directamente enamora. Así que tras pasar por el pequeño pueblito de Ea, nos fuimos a despedir el día a la espectacular playa de Laga.
No sabéis la de veces que he oido: Qué fotos más chulas, que pena que yo no me voy a casar. Y que importará, como si hacerse fotos en pareja solo fuese propiedad de los que se casan, o de
La preboda de Alejandra y Jon no creo que se me olvide fácil. Tras muchas semanas sin prebodas, y sin bodas, con toda esta pesadilla que nos está tocando vivir, las ganas de salir y disfrutar de una tarde de fotos en otoño son muchas.
Antes de hablaros de su boda, os voy a presentar a esta pareja de modelazos que se dejaron querer delante de la cámara en una tarde de película en el pantano de Garaio. Entre trigo, risas y caricias echamos una tarde maravillosa y bajo estas lineas los resultados. ¿A que hacen buena pareja?
Un pequeño lago con un embarcadero y una cabaña de madera son un lugar demasiado perfecto para dar la bienvenida al otoño con la cámara en la mano. Así que sin saber muy bien lo que nos íbamos a encontrar nos acercamos a «El bosque finlandés de Rascafría» y echamos una buena tarde de fotos y risas.
