Para los que somos del norte, casarse con vistas a la montaña ya es un privilegio. Pero si encima es con vistas al Gorbea, pues poco más hay que explicar. El lugar elegido para la boda de Desi y Luis fue la espectacular Finca Ziarsolo a los pies del Gorbea con una jardín y un comedor impresionantes, y unos chuletones que daban ganas de llorar solo de verlos esperando para ser echadas a la brasa.
La historia de Desi y Luis huele a jazmin y colorete. Chica conoce a chico entre productos de cosmética del trabajo. Chico conoce a chica entre evento y evento, y mira tu por donde aquí estaban los dos. Felices y radiantes listos para darse el «si quiero». Una boda repleta de gente con ganas de pasarlo bien. Desi, la energía y las ganas de bailar hechas persona. Luis, la sobriedad y la sonrisa amable perpetua. Una combinación bien equilibrada que prepararon todo para que fuera la boda perfecta: Ceremonia al aire libre, comedor en el que no faltaba ningún detalle (y que no faltara que Desi estaba allí para no dejarlo pasar), una banda de música en directo y un DJ con ganas de que todos acabaran con agujetas.
Mención a parte el vestido de la novia cortesía de Spohie et Voilá. No tengo mucha idea de cortes, estilos y tendencias, pero sin duda era un vestido de los que no se ven en las bodas. Original y funcional, para estar abrigado cuando hace falta y ligero cuando la fiesta así lo requiera. En el fondo creo que quién mejor puede explicar lo que te cuento sobre estas lineas son las fotos que creo que lo definen todo con pelos y señales.
Os dejo con esta boda en Finca Ziarsolo.
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